Analizaré el cuerpo como vivencia a través
de la metáfora del escalador. Sartre (1989, 1992) considera que el cuerpo y su
vivencia son los principales medios a través de los cuales tomamos conciencia
de nosotros mismos y muestro entorno. Platea de esta forma que nuestra
presencia corporal en el mundo se basa en tres niveles: cuerpo para el ser, cuerpo para el Otro y cuerpo para el Otro percibido por el ser. Estos conceptos los
ilustra con lo que nosotros conocemos como la metáfora del escalador, en la
cual se representa una imagen de un escalador intentando alcanzar una cima
complicada.
“El cuerpo para
el ser”. El primer modo de ver el cuerpo es en el cual el escalador está
centrado en escalar la montaña, sin prestar atención a su propio cuerpo. Por lo
tanto diremos que el escalador no siente su cuerpo como algo presente.
“El cuerpo para
el otro”. Este modo de ver el cuerpo se produce a través de un observador externo.
Éste solo ve un cuerpo moviéndose con el fin de conseguir un objetivo
(cuerpo-instrumento), escalar una montaña.
“El cuerpo para el otro percibido por el ser”.
La tercera forma de ver el cuerpo sería en la que el escalador se da cuenta de
que alguien le está observando y controlando sus movimientos y como utiliza su
cuerpo. Así pues, el escalador prestará más atención a su cuerpo, poniendo en
riesgo la consecución de su objetivo, escalar la montaña, ya que parte de su
atención ahora la pone en su propio cuerpo.
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